Traigo frío en los pies, en las ranas, las ventanas, los vestidos.
Qué decirte de las llaves? No abren puertas.
Puede que nos hayamos visto antes;
en los tiempos en donde buscabamos cárcel y pedíamos libertad.
Puede que así haya sido,
pero es sólo una hipótesis,
tan carnal y sangrienta que se acerca más a la hipófisis.
Tal vez no haya invierno más crudo que aquel en el que nos obligamos a bailar desnudos,
sin ánimos de rimas violentas.
Eso sí, despojados de todo.
La ropa, el conocimiento, los prejuicios, el ardor estomacal, las violaciones,
el secreto casi exacto, la mentira.
Y es probable que este frío indescriptible que traigo arraigado,
se vuelva obsoleto cuando encuentre las palabras para
nombrarlo.
Y descubra que estas puertas siempre estuvieron abiertas,
que las ranas eran tibias,
que bastaba correrse hacia la izquierda
para evitar la tempestad.
Y vos me veas alejarme y respires,
porque descubras las mismas verdades que yo,
pero desde otro confín más melodioso y menos
literato.
Descubir que era cierto y necesario,
sin vernos: será menester.
Resistir.
Entonces, echaremos a reir.
"Vive amando la memoria de lo que va a suceder, nada encierra lo gigante de su calma y en un abrir de ojos a las formas del amor se desnuda regalando al sol el alma. Como si fuera esta la última vez que una canción le vaya a desbordar el pecho..."
sábado, 5 de enero de 2008
jueves, 3 de enero de 2008
Re Franes
La cola de paja. La paja en el ojo.
Ojos que no ven, corazón que no siente y a palabras necias oídos sordos.
El pez por la boca muere. No hay mal que por bien no venga.
Pido gancho.
Ojos que no ven, corazón que no siente y a palabras necias oídos sordos.
El pez por la boca muere. No hay mal que por bien no venga.
Pido gancho.
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