jueves, 19 de mayo de 2011

Trino.

En el lenguaje, las fronteras.
Mi pelotón de desdichos atragantados te señalan.
Alto el fuego.

El manifiesto ardiendo de garganta.
No nací más que para algunas revueltas.
Lo indómito se imagina.

La verborragia estrangulante.
Mi deseo – ese monstruo impulsivo-
De poseerte en todas tus vocales.

Y el temor inmenso
de que un día se te ocurra preguntarme
a quién digo cuando canto.